El rol del espacio público en la ciudad postpandemia

Una ciudad sostenible es aquella que construye, multiplica y valora el espacio público. Es una ciudad que reconoce que es el espacio por excelencia para encontrar a la sociedad en su conjunto, con la naturaleza, y con los bienes y servicios que ofrece para la satisfacción de las necesidades y demandas de las personas. Pero también es el espacio de sosiego, contemplación, tránsito y equilibrio que conseguimos en la ciudad, para sopesar la presión que nos puede generar la vida urbana.

Durante la pandemia de la COVID-19, hacer vida en el espacio público fue la principal restricción, y tras dos años de pandemia, volver a encontrarnos en él no fue lo mismo, aún y cuando anhelábamos volver a la calle. Por esta razón y debido a su relevancia, en este tercer conversatorio, analizamos el rol del espacio público en la ciudad postpandemia con dos venezolanos que fuera de nuestras fronteras, desarrollan su ejercicio profesional diseñando y ejecutando espacios públicos que contribuyan con mejorar la vida de las personas. Cruz Criollo, arquitecto, profesor e investigador, graduado en la escuela de arquitectura de la Universidad Simón Bolívar en Caracas Venezuela, y quién cursa el doctorando en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), y José Manuel Guzmán, urbanista de la Universidad Simón Bolívar (USB), radicado en Santiago de Chile, quién escoordinador de urbanismo táctico en Ciudad Emergente y co-fundador y editor de la plataforma de urbanismo Transecto.

Para el arquitecto Criollo, la relevancia del espacio público para la ciudad se resume en que es el sitio donde nos encontramos con personas que son diferentes a nuestro entorno y esto nos obliga a reconocer que hay diversos tipos de personas y pensamiento. Esto nos hace tolerantes a la diversidad que caracteriza a la ciudad porque en ese espacio tenemos que convivir con personas que no piensan ni actúan como nosotros creemos o pensamos que debemos actuar. El urbanista Guzmán agrega como el espacio público ha ido mutando en el tiempo debido a los cambios experimentados en las cadenas de producción, donde el comercio y el intercambio de bienes que se daba en el espacio público, actualmente se da en espacios privados. Esto ha impactado en lo que hacemos en el espacio público que no sólo es para la recreación o contemplación, sino también para nuestra movilidad.

La limitaciones sobre la vida social durante la pandemia dieron lugar a una reformulación del espacio público inmediato, en ciudades como Barcelona, y es allí donde se están centrando los esfuerzos para repensar el rol de la calle. El invitado nos expone las iniciativas que promueve el Ayuntamiento de Barcelona con el propósito de ganar más espacio para el ciudadano a través de su propuesta de Ejes Verdes, donde se propone peatonalizar una de cada tres calles ubicadas en el Exaimple de Barcelona. Repensar el rol del espacio público durante la pandemia implicó la reformulación de las secciones de algunas calles de la ciudad. El arquitecto también trata el caso de Plaza Las Glorias (Glories) como un gran proyecto urbano de espacio público que, tras un proceso de reformulación de más de una década, aún está en construcción y es un ejemplo de cómo estos procesos llevan tiempo en las ciudades.

El arquitecto Criollo asevera que estos procesos de transformación urbana deben ser flexibles porque las visiones cambian con el tiempo, con la experiencia y con los sucesos. En ese sentido, cobra valor el urbanismo táctico porque se pueden hacer las pruebas rápido, in situ, que la gente vea los cambios urbanos, para luego modificar esa infraestructura urbana de manera más solida requiriendo tiempo, dinero y esfuerzo.

Lo que comenzó como una iniciativa irreverente, guiada por los ciudadanos, ha tenido muy buena acogida en los hacedores de ciudad, justamente porque ahora el urbanismo táctico es una herramienta más dentro de nuestra caja de herramientas para hacer ciudad. Ya no existe la dualidad entre el urbanismo táctico o la planificación estratégica, ahora es asumido como una forma de validar ideas y acciones a bajo costo y con gran impacto. Los grandes proyectos siguen siendo necesarios en las ciudades. El urbanismo táctico valida en el corto plazo, la inversión, el proceso y los posibles resultados de esos proyectos futuros.

En el caso de la ciudad latinoamericana, José Guzmán nos trae el ejemplo de Santiago de Chile, que durante la pandemia debió enfrentar como las restricciones de movilidad y uso de la calle, no podían ser asumidas de igual manera por los habitantes, debido a las desigualdades existentes en el acceso a bienes, servicios y transporte. Según Guzmán, la ciudad no logró aprovechar las oportunidades que ofreció las calles vacías para lograr implementar ciclovías y mejorar la movilidad en bicicleta. Por el contrario, tras el regreso a la nueva normalidad, el uso del vehículo particular aumentó considerablemente debido a la desconfianza en el transporte público.

El arquitecto Criollo afirma que nuestra percepción del espacio público cambió y no nos relacionamos de la misma manera ni con el espacio público ni con el territorio. Y es necesario reconsiderar lo que estamos haciendo o dejando de hacer para validar que nuestra permanencia en la ciudad no sólo se trata de los individuos, sino también de la biodiversidad que nos rodea y que puede estar en contacto con nuestros espacios. Esto se complementa con la idea del urbanista Guzmán, de que las metas continúan siendo las mismas para quiénes hacemos ciudad, pero estamos obligados a evaluar y ajustar las estrategias, las políticas y las intervenciones porque la dinámica de la ciudad cambió con la pandemia. Se mostró que la ciudad no es el único recurso. La escala de la ciudad tomó relevancia, y el rol del espacio público en esa nueva escala, también

Le invitamos a ver el conversatorio completo, a través de nuestro canal de Youtube:

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